Conducir un vehículo en las calles de la ciudad, de
una verdadera “cuestión de conciencia” de cada conductor, respecto a su
desempeño en las calles o en las rutas. En este espacio siempre hago referencia
a la necesidad de que la circulación depende de la responsabilidad de cada
conductor.
Pero hay que reconocer que la conciencia se genera a
partir de la necesidad de programas implementados desde entidades educativas
que inculquen a los niños en edad temprana las enseñanzas básicas. Es algo que
sin dudas ha costado generaciones pero hoy, es saludable ver cómo los niños en
un buen porcentaje se colocan el cinturón de seguridad cuando soben a un
automóvil.
Sería interesante que se institucionalice
definitivamente, en forma orgánica el uso de las pistas en escala para que los
niños reconozcan las señales de tránsito y entre entretenimiento y juego, se
familiaricen con los reglamentos.
En ese marco y retomando el tema de la conciencia de
los conductores, hay que destacar que no todos respetan algo elemental como por
ejemplo abrir paso y prevenir cuando se oye el sonido de una sirena ya sea de
un patrullero, una ambulancia o los bomberos, que son los que tienen la
prioridad de paso. Ese es un detalle en el que también tendrían que hacer
hincapié en el momento de tomar examen a los aspirantes a obtener la licencia.
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