A ver???, alguno que pasó las seis décadas de vida, se acuerda de haber hecho alguna vez una pelota de trapo? ;-)
En la década del ’60 ni hablar de
tener un fútbol en el barrio. La mayoría de los purretes se acercaban a algún
club sólo para verlos de cerca y en algún momento acariciarlo y “olerlo”, pero
nada más, porque los fútbol verdaderos tenían un olor especial que agradaba a
todos los chicos, ya que su construcción era de cuero auténtico con costuras
especiales realizadas por máquinas que los dejaban perfectos. La pelota de
fútbol era casi prohibida para los presupuestos familiares...
Pero...
el ingenio y la creatividad no se detuvo y en todos los barrios, cada equipo
disponía de varias “pelotas de trapo”. “A falta de pan, buenas son las
tortas...” expresa un dicho popular y en la imaginación de cada chico que
pateaba, seguro lo hacía pensando que era “la nº 5” .
Fabricar
una pelota de trapo, era toda una ciencia y se necesitaba de la complicidad de
alguna abuela que nos regalara al menos un par de medias en desuso, de aquellas
que no resistirían otra sesión de zurcido. Confeccionar una pelota, era tarea
de toda una tarde y lo más común por aquellos tiempos era usar medias de lana.
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