martes, 4 de agosto de 2015

CRIMEN DE MATRIMONIO EPIFANIO

Una deuda de la justicia

El 13 de julio de 2013, desconocidos ingresaron a una casa sobre la avenida Luro al 2600, propiedad de Héctor Epifanio y Graciela Torrent, ambos jubilados de 65 años y los asesinaron en forma violenta. Dos años pasaron y la justicia aún no ha resuelto el caso y lo que es peor aún, los familiares de las víctimas temen que el caso se olvide, se archive y… nadie más hable del tema.
Teniendo en cuenta que la nuestra n es una comunidad tan grande; que hubo un espectacular despliegue de investigadores; que se realizaron pericias de todo tipo; que se detuvieron a varios jóvenes, entre ellos algunos menores y que pasados dos años, no haya una sola respuesta, es doloroso y preocupante. El dolor es de la familia y los vecinos. La preocupación es de toda la comunidad, porque significa que el o los asesinos de una familia indefensa, están libres.
Lamentablemente, cada tanto la ciudad es sacudida por noticias de este tipo y si la memoria no trae los casos a la actualidad, es como que ya están resueltos. Nada más lejos de la realidad. En muchas ocasiones hemos hecho referencia a la inseguridad, que no es solamente una sensación.
Héctor Epifanio al igual que su esposa estaba jubilado y usaba una pierna ortopédica lo que se traduce en una situación que difícilmente le permitiera defenderse. Hoy, a dos años de la injusta muerte del matrimonio, es bueno mantener la memoria viva, porque la justicia nos debe una respuesta a los vecinos.



TRANSITO, una responsabilidad de todos

                                                                                 

Conducir un vehículo en las calles de la ciudad, de una verdadera “cuestión de conciencia” de cada conductor, respecto a su desempeño en las calles o en las rutas. En este espacio siempre hago referencia a la necesidad de que la circulación depende de la responsabilidad de cada conductor.
Pero hay que reconocer que la conciencia se genera a partir de la necesidad de programas implementados desde entidades educativas que inculquen a los niños en edad temprana las enseñanzas básicas. Es algo que sin dudas ha costado generaciones pero hoy, es saludable ver cómo los niños en un buen porcentaje se colocan el cinturón de seguridad cuando soben a un automóvil.
Sería interesante que se institucionalice definitivamente, en forma orgánica el uso de las pistas en escala para que los niños reconozcan las señales de tránsito y entre entretenimiento y juego, se familiaricen con los reglamentos.

En ese marco y retomando el tema de la conciencia de los conductores, hay que destacar que no todos respetan algo elemental como por ejemplo abrir paso y prevenir cuando se oye el sonido de una sirena ya sea de un patrullero, una ambulancia o los bomberos, que son los que tienen la prioridad de paso. Ese es un detalle en el que también tendrían que hacer hincapié en el momento de tomar examen a los aspirantes a obtener la licencia.